Darío Celis
Es el fentanilo, el T-MEC ya empezó a renegociarse
En contra del tráfico de fentanilo Trump quiere resultados de corto plazo, cacería de los líderes de los cárteles y el desmantelamiento de sus redes de distribución y de financiamiento
A POCOS DÍAS de su juramentación, Donald Trump encomendó a Marco Rubio, su secretario de Estado, liderar la operación política y disparar con los aranceles a México.
Fue el mismo Rubio, enemigo declarado de Andrés Manuel López Obrador, el encargado de redactar ese demoledor párrafo del comunicado del sábado, acusando al gobierno mexicano de estar aliado al narco.
Por órdenes de Trump, Rubio desplazó a los secretarios del Tesoro y de Comercio, Scott Bessent y Howard Lutnick, y al jefe de la Oficina de Representación Comercial, Jaimeson Greer.
Es decir, la decisión del nuevo presidente de Estados Unidos nunca fue comercial sino cien por ciento política, lo que nunca se entendió ni en Palacio Nacional ni entre los asesores económicos, incluidos los de la IP.
Trump y el ala de los duros, presionarán aún más para que en materia de narcotráfico los resultados en aseguramientos y detenciones de líderes de la delincuencia organizada sean sonoros y espectaculares.
En el centro de la guerra que le adelantamos la semana pasada está el trasiego del fentanilo, que afecta sobre todo a los estratos de la población estadounidense más pobre.
De las exigencias del Departamento de Estado está que los agentes de la DEA vuelvan a tener presencia en México, colaboración que súbita y unilateralmente suspendió López Obrador.
Asimismo, coordinación con sus pares mexicanos para que esa agencia, la CIA y el FBI, que tomarán John Ratcliffe y Kash Patel, junto con fuerzas especiales, operen encubiertamente contra los narcos.
En contra del tráfico de fentanilo Trump quiere resultados de corto plazo, cacería de los líderes de los cárteles y el desmantelamiento de sus redes de distribución y de financiamiento.
Y MÉXICO YA empezó a reaccionar. La comunicación de los secretarios de la Defensa y Marina, general Ricardo Trevilla y almirante Raymundo Morales, con el secretario de la Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, fue un primer paso. En una entrevista con Fox News en la víspera del anuncio de Trump, Hegseth no descartaba la posibilidad de realizar operaciones militares en México contra los cárteles de la droga. “Todas las opciones estarán sobre la mesa si nos enfrentamos a lo que se considera organizaciones terroristas extranjeras que atacan específicamente a los estadounidenses en nuestra frontera”, advirtió. Veinticuatro horas después de que Trump jalara el gatillo, Trevilla, Morales y Hegseth, hablaron por primera vez sobre los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos y la cooperación de defensa de ambos países. Acordaron profundizar la cooperación y comunicación. Con mano dura, Trump también quiere ejercer un control más estricto en la industria farmacéutica, porque los principios activos con los que en México los cárteles fabrican en sus laboratorios el fentanilo, viene en su mayoría de China.
EL GOLPE DEL anuncio de Trump fue tan contundente como inesperado para los secretarios de Economía, Marcelo Ebrard; de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, y de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, los tres principales funcionarios del gabinete que deberán operar comercial, financiera y diplomáticamente para contener y revertir rápido lo que puede ser un tsunami. Y también dentro del sector privado, léase el Consejo Coordinador Empresarial, de Francisco Cervantes; la Concamin, de Alejandro Malagón; y el Consejo Nacional Agropecuario, de Jorge Esteve. Todos esos gremios lanzaron ayer una batería de comunicados lamentando la imposición del arancel de 25% generalizado a las exportaciones mexicanas y abogando por el diálogo. El último incluso habló de un impacto brutal de 475 mil millones de dólares. La American Chamber of Commerce, que preside Carlos García, afirmó que los aranceles no solucionan los retos de migración y drogas, mientras que el Consejo de Empresas Globales, que lidera Manuel Bravo, advirtió sobre el riesgo de estabilidad de “miles de empresas”.
MUCHOS NO SE han dado cuenta que la renegociación del T-MEC ya inició con la consumación de la amenaza del sábado de Trump. De hecho, fue antes. El inquilino de la Casa Blanca inauguró una nueva forma de “negociar”. En México muchas cámaras y confederaciones, al igual que funcionarios del gabinete de Claudia Sheinbaum, cándidamente siguen creyendo que el acuerdo establece 2025 para iniciar la revisión y posteriormente, quizás hasta 2026, para empezar una renegociación. Aquí también le anticipamos que se adelantaría todo para este mismo año, que sería una renegociación y que México y Estados Unidos terminarían con nuevas reglas bilaterales. Para allá se encamina todo, después de la guerra comercial que se avecina con la respuesta que nuestro país desatará por culpa de Trump con la aplicación del llamado “Plan B” que la Presidenta dijo en su mensaje de ayer domingo que se dará a conocer hoy en su conferencia mañanera. Se trata de la aplicación de aranceles selectivos en sectores estratégicos de Estados Unidos. El esquema ya fue entregado por el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, que contó con la asesoría de los ex negociadores del TLCAN y el T-MEC que, le informamos el viernes, han estado cerca de él en las últimas semanas.
Y MIENTRAS EL segundo piso de la 4T aguantaba el embate de Trump, se encendían las alertas en Palacio Nacional y se activaba toda la estrategia de contención y respuestas a los aranceles de 25% a las exportaciones mexicanas, el director del Infonavit y Morena daban sabadazo. Y es que en medio de la urgencia y crisis nacional, el agrónomo mandó una batería de cercanos a la Cámara de Diputados para terminar de empujar, con el voto mayoritario de Morena, PT, Verde, e incluso Movimiento Ciudadano, que preside Jorge Álvarez Máynez, las reformas a la Ley del Infonavit que le conceden al nuevo director facultades como derecho de veto sobre las decisiones del Consejo de Administración, órgano tripartita que tiene representación tanto del sector obrero como el empresarial. Ayer mismo, todavía aturdidos por el tema arancelario, líderes camarales se lamentaban de que la 4T les pide respaldo frente a Trump y por otro lado Octavio Romero Oropeza aprovechaba el timing para darles la estocada.
Y, TAMBIÉN, AL mismo tiempo que en el gabinete todos buscaban la mejor forma de procesar las señales que salían de la Casa Blanca, en el Hotel Vidanta de la Riviera Maya se casaba Gonzalo López Beltrán, el hijo más joven del primer matrimonio del ex presidente. Mil invitados en el resort de Daniel Chávez, uno de los ocho integrantes del Consejo Asesor Empresarial de Andrés Manuel López Obrador, por cierto, blanco central de la grave acusación del gobierno de Estados Unidos, y quien no asistió al enlace matrimonial de su vástago.